Argentina registró una importante caída en 2024 en el consumo de alimentos y de otros bienes, debido al impacto que tuvieron en los hogares algunas de las medidas implementadas en el primer año de gestión de Javier Milei, con el objetivo de alcanzar una estabilización macroeconómica.

Durante el trayecto del año se distinguieron diferentes etapas que mostraron los efectos en las compras de los argentinos, donde en el primer trimestre se registró una suba de la inflación que se mantuvo en niveles de dos dígitos, aunque con un descenso progresivo: enero 20,6%, febrero 13,2% y marzo 11%.

Con el objetivo de lograr el equilibrio fiscal, en 2024, el Gobierno recortó subsidios al transporte y la energía, eliminando beneficios para sectores de ingresos medios y altos, así como también redujo las transferencias a las provincias, el fin a los controles de precios que regulaban una canasta de productos básicos y la flexibilización de las condiciones para importar productos de consumo masivo.

En el primer trimestre hubo una contracción del consumo de mayor magnitud, que llegó a una baja en torno al 30% tanto en las ventas de supermercados y autoservicios, como en comercios minoristas de distintos rubros. Ya a partir de abril, la inflación se redujo a un dígito, hasta llegar al último dato de 2,7% en octubre, según la medición del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.
 

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